Los colores del alba Efraín Loynaz

«Los dos se encontraron con una mirada y por segundos, algo quedó en el aire flotando. El hechizo apenas comenzaba. Una gota de silencio apasionada y tierna dejaba sus alas abiertas para esconder entre las sombras dos corazones vibrantes.»Cuando Alba Niris llega de Puerto Rico a la ciudad de Tampa, irrumpe sin proponérselo en la vida tranquila de Enrique, profesor universitario cubano, que recién salía de una tumultuosa y apasionada relación amorosa.»Es el placer que gime cuando se enfrenta a lo prohibido, cuando lo respira, cuando lo siente ¡tan y tan cerca! Es el placer que agoniza por naufragar y ahogarse, y estrellarse en cualquier rincón de una piel tibia.»La cadencia cubana, la calidez de Puerto Rico y la moderna y multilingÁ¼e Florida de los ochenta enmarcan el dilema y delirio personal de Enrique. Es entonces que, en una noche de lluvia y de tormenta, saliendo de la universidad conoce a Lucía.