Alguien de mi familia Rafael Enrique Hernández

Desde las “filosas manchas” de la memoria, o desde el destierro brodskyano, las voces de Alguien de mi familia se nos revelan en un discurso que transita por la ansiedad, la alienación y el deseo de encontrarse a sí mismo en el performance de la escritura. La obra anterior a este cuaderno nos había mostrado un acercamiento a la experiencia literaria desde una suma de todo lo leído, de un gran lector y crítico que produce literatura al respirar. Pero ahora, estamos ante un autor maduro, que ha vivido y padecido la embriaguez, el dolor, la pertenencia y la ausencia, la muerte o la vida, todo en un zarpazo donde se pacta “el desmantelamiento de una casa”. De tal modo, nos deja saber que “los días vuelven en formas que no comprendo”. Este libro nos permite encontrarnos en silencio, para sentir “ese placer de acallar las piedras, que aún nos pertenece”. (Yumary Alfonso Entralgo)