Salem Oleica, Diosa del cielo y la tierra Yasmina Scarpetta

AMBOS ESTABAN completamente rebozados de arena y decidieron darse un ba?o en el mar. El sol fue escondi?ndose lentamente en el horizonte mientras nadaban, luciendo de un color rojo intenso y regal?ndoles un espect?culo muy bello. LAS CASAS DE LA ZONA eran todas grandes y bien cuidadas, pero solo cuando se abri? la puerta principal de la casa de Izz Udin, F?tima se dio cuenta de cu?n diferente era ese mundo comparado con el suyo: no pudo disimular la admiraci?n en su rostro cuando mir? la sala en derredor. Aquella era la casa m?s lujosa en la que alguna vez hab?a estado. Pase? la mirada por las pinturas que cubr?an las paredes, en las que, como sol?an hacer los linajes de esa parte del pa?s, pod?an verse all? representados a todos sus antepasados. Los fue observando fijamente uno a uno, buscando una semejanza con Izz Udin